Nacido al parecer hacía el año 1073, quizás en la localidad de Biel, aunque se han sugerido otros posibles lugares como Astorito, Jaca o Bailo que eran sedes regias. Son escasos los detalles sobre su formación pero sí que pasó algún tiempo en el monasterio de Siresa y aprendió gramática en el monasterio de San Salvador del Pueyo, en Sinués, y que entre sus tutores o maestros estuvo quien sería uno de sus grandes amigos y colaboradores, Esteban, el futuro obispo de Huesca. Y en cuestiones militares fue su ayo el señor Lope Garcez.
En los años siguientes, y cuando sólo era infante, empezó a destacar en las campañas militares. Por otra parte, antes de acceder al trono, la documentación recoge que ocupo el cargo de tenente de diversas poblaciones como Buil, Luna, Bailo y Biel entre otras.
En 1104 heredó los tronos de Aragón y Pamplona por el fallecimiento de su hermano sin sucesión directa y comenzó su avance con las conquistas de localidades como Ejea, Tauste, Tamarite y Litera. Sus dos principales objetivos eran en aquellos momentos Zaragoza y Lérida. En los años siguientes otros asuntos ocuparon su atención sobre todo tras su matrimonio con Urraca de Castilla.
Tras el repudió de su esposa volvió a ocuparse de las conquistas militares aragonesas preparando de manera especial la campaña contra la Zaragoza que estaba en manos de los almorávides desde 1110 a la que asedio en la primavera de 1118 hasta su capitulación definitiva y toma el 18 de diciembre de ese año. A continuación vinieron las conquistas del Valle medio del Ebro y de sus afluentes con la toma de las medinas de Tudela y Tarazona. La caída de todas estas poblaciones provocó la reacción de los almorávides que prepararon un nutrido ejército con tropas provenientes de Sevilla, Granada, Murcia, Molina y Lérida, con sus respectivos jefes militares. El Batallador levantó el sitio de Calatayud y salió al encuentro de las tropas almorávides, librándose una batalla el 17 de junio de 1120 en Cutanda, que se saldó con una estrepitosa derrota musulmana. Tras ello las tropas aragonesas se hicieron con Calatayud (1120), Borja (1122), Daroca, Monreal del Campo, Singra y Torrelacárcel, cerca ya de Teruel, con lo que quedaba abierta la vía hacia Levante que permitirían al rey de Aragón llegar por mar hasta Jerusalén que era su anhelo. Por estos mismos momentos creó la cofradía militar de Belchite para la defensa de su frontera sur y proseguir sus avances.
En 1126 se ocupó de una arriesgada campaña que le llevó a las puertas de Granada en una expedición por tierras levantinas, murcianas y andaluzas de la que trajo consigo un gran número de mozárabes granadinos que instaló en sus reinos.
Alfonso I después de su matrimonio con Urraca había retenido diversas poblaciones castellanas que eran reclamadas por el nuevo monarca Alfonso VII. El tema se solucionó con la firma de las llamadas «paces de Tamara» en 1127 en las que procedió a la devolución de las plazas castellanas retenidas.
En 1131 otorgó su testamento en la localidad francesa de Bayona dejando como herederas a las milicias de Jerusalén y dos años después emprendía el avance para la conquista de lugares como Mequinenza y la cuenca del Cinca para proseguir hasta Lérida. Pero en Fraga, en el verano de 1134 sufrió su gran derrota.
El 7 de septiembre fallecía en Poleñino, un lugar entre Sariñena y Grañén, tras haber confirmado su extraño testamento unos días antes reafirmando la entrega de sus dominios a las órdenes militares de San Juan, del Sepulcro y del Templo del Señor de Jerusalén pero nadie acepto sus disposiciones. A lo largo de su reinado el Batallador había triunfado en veintinueve batallas.